APENDICE J
(Tomado de la sección de comentarios
y apéndices a “La Santa Biblia en Su orden original—Una versión fiel con
comentario”, segunda edición.)
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Tres días y tres noches
de sepultura de Jesús
Y Su resurrección
Por
Fred R. Coulter
www.iglesiadedioscristianaybiblica.org
Muchas
profecías en el Antiguo Testamento predijeron la muerte y resurrección de
Jesucristo. El profeta Daniel previó que la vida de Jesús seria tomada (Daniel
9:26), y ambos David e Isaías describieron el sufrimiento y humillación que El
soportaría antes de Su muerte (Salmos 22; Isaías 53). Otras profecías señalaron
Su resurrección a la inmortalidad (Salmos 16:10-11; Daniel 7:13-14; Isaías
9:6-7). Sin embargo, no hay ningún pasaje en el Antiguo Testamento que prediga
la cantidad de tiempo que el Mesías estaría en la tumba antes que fuera
resucitado. Esta profecía es encontrada solamente en los registros del
Evangelio, hablado por Jesús mismo: “Entonces algunos
de los escribas y Fariseos respondieron, diciendo, ‘Maestro, deseamos ver una
señal de Ti.’ Y El respondió y les dijo, ‘Una generación maligna y
adultera busca una señal, pero ninguna señal será dada a esto excepto la señal
de Jonás el profeta. Porque así como Jonás estuvo en la barriga del gran pez
tres días y tres noches, en la misma manera el Hijo de hombre estará en el
corazón de la tierra tres días y tres noches.” (Mateo 12:38-40).
El
cumplimiento de esta señal—la única señal que Jesús dio de que Él era el
Mesías—fue un testimonio no solo a esa generación, sino a todas las
generaciones futuras que Él era, y es, el Cristo.
Casi
todas las iglesias dentro del Cristianismo tradicional han malinterpretado o
rechazado el registro bíblico. La mayoría de Cristianos hoy creen que Jesús fue
crucificado y colocado en una tumba en un viernes, y que fue resucitado en un
domingo por la mañana. Así, de acuerdo a su razonamiento, El no estuvo
realmente en la tumba tres días y tres noches, como lo había
profetizado, sino dos noches y un día completo—lo cual, si fuera cierto, lo
desacreditaría como nuestro Salvador.
Sin
embargo, los registros del Evangelio no apoya la creencia tradicional de
una crucifixión en "viernes santo" y una “resurrección” en
"domingo de pascua" por la mañana. Los hechos registrados por los
escritores del Evangelio revelan un marco de tiempo significantemente diferente
para la muerte y resurrección de Jesucristo.
La definición bíblica de un día
La
mayoría de los eruditos Cristianos ortodoxos declaran que Jesús estaba usando
una expresión idiomática cuando declaró que permanecería en la tumba "por
tres días y tres noches"—sugiriendo que Sus palabras deberían ser
interpretadas como refiriéndose a partes de días en vez de días completos.
Pero cuando el uso bíblico del término "día" es examinado, uno
encuentra que este es muy específico. El Antiguo Testamento muestra que
un día consiste de una noche y una mañana (Génesis 1). Un día entero tiene dos
porciones—la porción nocturna, la cual comienza a la puesta del sol u ocaso, y
la porción diurna, la cual comienza a la salida del sol o alba. Estos periodos
consecutivos son identificados como un día completo, reconocido de ocaso a
ocaso, o de noche a noche (Lev. 23:32).
De
acuerdo a la Escritura, cada día tiene un promedio de 12 horas en la porción
nocturna y 12 horas en la porción diurna, haciendo un día completo de 24 horas.
Jesús mismo verificó que la porción diurna es más o menos de 12 horas en
duración (Juan 11:9). Este método bíblico de contar el tiempo había sido usado
por los hebreos por siglos.
"Tres días y tres noches" en el libro de Jonás
La
propia profecía de Cristo de que El estaría en la tumba por tres días y tres
noches es una referencia directa a Jonás 1:17, el cual habla de la sepultura
simbólica de Jonás en la barriga de un gran pez: “Y el
SEÑOR había preparado un gran pez para tragar a Jonás. Y Jonás estuvo en
la barriga del pez tres días y tres noches.”
La
construcción del texto hebreo aquí no permite que la expresión "tres días
y tres noches" sea interpretada en cualquier manera excepto el sentido
literal de tres días de 24 horas. En hebreo, la frase "un día y una
noche" denota un día completo de 24 horas. En la misma manera, la
expresión "tres días y tres noches" denota tres días completos de 24
horas cada uno.
La
terminología hebrea no puede ser interpretada como una expresión idiomática
describiendo parte de un día y parte de una noche. Para denotar
unidades de tiempo incompleto, el hebreo usa una palabra que significa
"dividir"—tal como en Daniel 12:7, donde el termino es traducido
"mitad de un tiempo." Sin embargo, esta palabra no es encontrada en
la expresión "tres días y tres noches" registrada en Jonás 1:17. Es
evidente que el texto está describiendo tres periodos de tiempo
completos de 24 horas.
Plenamente
consciente de este hecho, Jesús declaró a los judíos que El estaría en el
corazón de la tierra por "tres días y tres noches" (Mateo
12:40).
Jesús dijo que resucitaría tres días después de Su
muerte
Los
escritores del Evangelio registran que Jesús hizo declaraciones especificas a
Sus discípulos concernientes a la cantidad de tiempo que estaría en la tumba y
cuando seria resucitado: “Y comenzó a enseñarles que
era necesario para el Hijo de hombre sufrir muchas cosas, y ser rechazado por
los ancianos y los sacerdotes jefes y escribas, y ser asesinado, pero
después de tres días resucitar de los muertos.” (Marcos 8:31;
ver también Mateo 16:21 y Marcos 9:31). Jesús proclamó a Sus discípulos que no
resucitaría de los muertos hasta tres días después de haber sido asesinado.
La
declaración de Jesús de que resucitaría tres días después de haber muerto
es precisamente significante. De acuerdo a la ley judía, para ser declarado
legalmente muerto, una persona tenía que estar muerta por tres días
completos o más. Por tanto, si Jesús hubiera resucitado de los muertos
antes de las 3 p.m en la tarde de Nisán 17, un Sábado semanal, El no habría
sido considerado legalmente muerto. Como resultado, Su regreso a la vida no
habría sido considerado una verdadera resurrección de los muertos.
Si
Él hubiera sido crucificado en un viernes y restaurado a la vida en la mañana
del domingo a la salida del sol, Su muerte no habría sido "valida"
dado que solo dos noches y un día habrían pasado entre la puesta del sol del
viernes y la mañana del domingo. Para que Su muerte fuera públicamente
reconocida, era necesario para Jesús permanecer en la tumba por tres noches y
tres días antes que fuera resucitado de los muertos.
Las
Escrituras revelan que Jesús murió en la novena hora, o 3 PM, en el día de
Pascua, Nisán 14, el cual cayó un miércoles, Abril 5, 30 d.C (Mateo 27:46;
Marcos 15:34). Él fue colocado en la tumba justo antes de la puesta del sol,
alrededor de las 6 p.m. Mateo describe Su sepultura por José de Arimatea: “Y cuando la noche estaba llegando, un hombre
rico de Arimatea vino, llamado José, quien era él mismo un discípulo de Jesús.
Después de ir a Pilato, le rogó tener el cuerpo de Jesús.
Entonces Pilato ordenó que el cuerpo fuera entregado a él. Y
después de tomar el cuerpo, José… [con la ayuda de Nicodemo (Juan
19:39)]… lo envolvió en tela de lino limpio, y lo
colocó en su tumba nueva, la cual había cortado en la roca; y después de rodar
una gran piedra a la puerta de la tumba, se fue.” (Mateo 27:57-60).
Lucas registra que “era un día de preparación,
y un Sábado estaba llegando.” (Lucas 23:54), lo cual significa
que para el tiempo que ellos habían cerrado la entrada a la tumba con una
enorme piedra—alrededor de las 6 p.m—un Sábado estaba casi sobre ellos. Dado
que todos los Sábados son contados de ocaso a ocaso, es claro que el sol estaba
a punto de ocultarse.
Jesús
fue resucitado de los muertos precisamente tres días y tres noches después,
cuando el sol estaba colocándose al final del Sábado semanal, o Sábado, Nisán
17. Como Él lo había profetizado, permaneció en la tumba por tres días
completos y tres noches completas. Jesucristo fue levantado de los muertos
justo antes de la puesta del sol en el Sábado semanal, el séptimo día de la
semana. Él ya había sido resucitado casi 12 horas antes cuando el sol se
levantó el domingo, el primer de la semana.
Dos Sábados durante los tres días y tres noches
De
acuerdo a la tradición religiosa, Jesús fue crucificado en un viernes—lo cual parece
ser soportado por la declaración en Juan 19:31 que el día de Su muerte “era un
[día de] preparación.” Muchos han asumido que esta declaración se refiere a la
preparación de los judíos en viernes para el Sábado semanal. Sin embargo, ellos
fallan en darse cuenta que el día de la Pascua, en la cual Jesús murió, ha sido
siempre un día de preparación para la Fiesta de Panes sin Levadura, la cual
sigue inmediatamente (Lev 23:4-6). El primer día de la Fiesta, Nisán 15, es
observado como un día alto—un Sábado anual. La porción diurna de la
Pascua (Nisán 14) es siempre usada como día de preparación para este día
santo anual. Es erróneo interpretar "un día de
preparación" en Juan 19:31 como evidencia de que el día de la crucifixión
fue un viernes.
Las
Escrituras revelan claramente que durante la semana de crucifixión hubo dos
Sábados. El primer Sábado fue un día santo anual, el primer día de Panes sin
Levadura, el cual cayó en jueves ese año. El segundo Sábado fue el Sábado
semanal, el séptimo día de la semana. Así, esa semana tuvo dos días de
preparación. La porción diurna de Nisán 14, el día de la Pascua, fue el día de
preparación para el primer día de la Fiesta de Panes Sin Levadura, el 15 de Nisán,
el cual fue un Sábado anual. El día siguiente, el 16 de Nisán, el cual fue un
viernes, fue el día de preparación para el Sábado semanal, el 17 de Nisán.
Al
leer el evangelio de Juan, es evidente que el Sábado siguiente al día que Jesús
murió fue un Sábado anual. “Los judíos por tanto, para
que los cuerpos no pudieran permanecer sobre la cruz en el Sábado, porque era
un día de preparación (porque ese Sábado era un día alto)...”
(Juan 19:31). El término "día alto" nunca es usado para referirse al Sábado
semanal, sino solamente a los Sábados anuales. El uso de Juan de este término
deja claro que el Sábado el cual estaba a punto de comenzar era el primer día
de la Fiesta de Panes sin Levadura, Nisán 15.
Las
mujeres que seguían a Jesús observaron el Sábado anual, como fue ordenado por
Dios. Ellas no podían comprar especias en aquel día porque todos los negocios
estaban cerrados en observancia al mandato de descansar (Lev. 23:6-7). Después
del final de ese día alto, ellas compraron especias y aceites aromáticos para
ungir a Jesús. “Entonces cuando el Sábado había
pasado, María Magdalena y María, la madre de Santiago, y Salomé
compraron aceites aromáticos, para que pudieran venir y ungirlo.”
(Marcos 16:1).
Las
mujeres compraron las especias "cuando el Sábado había pasado" y las
prepararon en el mismo día. Cuando habían terminado, observaron un segundo Sábado.
“Y regresaron a la ciudad, y prepararon
especias y ornamentos, y luego descansaron en el Sábado…
[semanal]… de acuerdo al mandamiento.” (Lucas
23:56). Los registros del Evangelio claramente revelan la observancia de los
dos Sábados durante la semana de la crucifixión.
"Hoy es ya el tercer día que esto ha
acontecido"
Aquellos
que abrazan una resurrección dominical apuntan a una declaración en Lucas 24:21
como evidencia de que Jesús resucitó de los muertos a la salida del sol en el
primer día de la semana. Esta declaración fue hecha por dos de los discípulos
de Jesús cuando caminaban juntos con un "extraño"—no sabiendo que el
extraño era en realidad el Cristo resucitado. Cuando Jesús escuchaba su
conversación, les preguntó que "cosas" estaban hablando. Ellos
respondieron, “…de Jesús nazareno, que fue varón profeta, poderoso en obra y en
palabra delante de Dios y de todo el pueblo; y como le entregaron los
principales sacerdotes y nuestros gobernantes a sentencia de muerte, y le
crucificaron. Pero nosotros esperábamos que Él era el que había de reunir a
Israel; y ahora, además de todo esto, hoy es ya el tercer día que esto ha
acontecido.” (Lucas 24:19-21 VRV60).
Como
esta declaración fue hecha en el primer día de la semana, muchos han asumido
incorrectamente que Jesús resucito de los muertos temprano en la mañana del
domingo. Sin embargo, los registros del Evangelio claramente muestran que Jesús
ya había resucitado de los muertos antes que las mujeres vinieran a la tumba al
alba. No hay duda que Jesús estuvo en la tumba por "tres días y tres
noches"—comenzando al ocaso del miércoles, Nisán 14, y terminando al ocaso
en el Sábado semanal, Nisán 17. Jesús resucitó al terminar los tres días
completos y las tres noches completas, exactamente como Él lo había declarado.
El
problema con Lucas 24:21 de acuerdo con A. T. Robertson, es que la frase
"hoy es ya el tercer día" es una expresión idiomática—y es muy
difícil para traducir al Inglés (Robertson, Word Pictures in the New Testament,
s.v. Luke 24:21). Porque la frase es idiomática, su real significado no puede
ser entendido por una traducción literal—la cual solo sirve para distorsionar
el significado verdadero.
Con
esto en mente, los académicos y traductores han estudiado como tales
expresiones idiomáticas fueron usadas por varios escritores de aquella era—tal
como el historiador Josefo y otros que usaron griego clásico. Lo que ellos han
descubierto es el estilo es una expresión de tiempo completo. En otras
palabras, "hoy es ya el tercer día" en realidad indica "a partir
de hoy, tres días ya han pasado."
La
traducción de Berkley, por ejemplo, reproduce la frase como "tres días ya
han pasado;" Moffat traduce la frase como "hace tres días."
Ambas traducciones adecuadamente transmiten el estilo para mostrar un periodo
de tiempo el cual ha sido completado. Basado en esta información, una
traducción precisa de Lucas 24:21 sería: “Pero además de
todas estas cosas, a partir de hoy, el tercer día ya ha pasado desde que
estas cosas tuvieron lugar.”
Así,
Lucas 24:21 en ninguna forma apoya la enseñanza de que Jesús fue resucitado de
los muertos en el primer día de la semana al alba.
Para una mejor comprensión del marco de tiempo, ver la tabla
“Tres días y tres noches en la tumba y
resurrección después de tres días y tres noches”